¿Cuándo se paga el Impuesto de Sociedades en España? Esta es una de las inquietudes más frecuentes entre empresarios y responsables contables, sobre todo cuando se aproxima el cierre del ejercicio fiscal. Es fundamental conocer los plazos específicos para su presentación y pago, ya que esto ayuda a evitar sanciones y a mantener la empresa al corriente con Hacienda.

Este impuesto grava las ganancias obtenidas por sociedades y entidades jurídicas, y su cumplimiento no sólo exige atención a las fechas, sino también una adecuada gestión contable y fiscal. En este artículo te aclaramos de manera sencilla cuándo se realiza el pago, qué modelos se deben presentar y qué aspectos debes considerar para cumplir con la normativa sin cometer errores, sanciones y mantener la empresa al día con Hacienda.

¿Qué es el Impuesto de Sociedades y quién está obligado a pagarlo?

El Impuesto de Sociedades es un tributo directo que grava las ganancias obtenidas por las personas jurídicas en España. A diferencia del IRPF, que se aplica a personas físicas, este impuesto se impone sobre los ingresos generados por empresas y otras entidades a lo largo de su ejercicio económico.

Empresas y entidades sujetas al impuesto

Están obligadas a presentar y pagar el Impuesto de Sociedades todas las entidades con personalidad jurídica propia, como:

  • Sociedades de Responsabilidad Limitada (SRL)
  • Sociedades Anónimas (SA)
  • Cooperativas
  • Fundaciones y asociaciones con actividad económica

También están incluidas las entidades que, aunque no busquen obtener ganancias, lleven a cabo actividades económicas o generen ingresos que estén sujetos a impuestos.

Tipos Impositivos en el Impuesto de Sociedades (España)

Para comprender cuánto debe abonar una empresa por el Impuesto de Sociedades, es imprescindible conocer el tipo impositivo que le corresponde de acuerdo a su forma jurídica. A continuación, se presenta una tabla con los tipos impositivos más comunes aplicables en España:

Tipo de Entidad

Tipo Impositivo Aplicable

Notas Relevantes

Sociedad (SRL, SA) 25 % Tipo general para la mayoría de sociedades
Entidades de nueva creación 15 % Aplicable durante los dos primeros ejercicios con base imponible positiva
Entidades sin ánimo de lucro 10 % – 25 % Según la ley de régimen fiscal especial
Sociedades cooperativas 20 % Para cooperativas fiscalmente protegidas
Fondos de inversión y SICAV 1 % Régimen especial de entidades de inversión colectiva

¿Cuándo se paga el Impuesto de Sociedades? Plazos oficiales

Cumplir con los plazos fijados por la Agencia Tributaria es esencial para prevenir recargos e intereses por demora. Este impuesto tiene fechas específicas tanto para su presentación como para los pagos fraccionados que pueden ser aplicados a lo largo del ejercicio fiscal.

Lapsos para presentación del modelo 200

El modelo 200 es el formulario oficial que deben presentar las entidades para declarar el Impuesto de Sociedades. El plazo general para su presentación es:

  • Del 1 al 25 de julio, si el ejercicio fiscal coincide con el año natural.
  • Si el ejercicio es diferente, se debe presentar dentro de los 25 días naturales siguientes a los seis meses posteriores al cierre del ejercicio.

La presentación se realiza obligatoriamente por vía telemática a través de la Sede Electrónica de la Agencia Tributaria.

Pago fraccionado con el modelo 202: cuándo y cómo se presenta

Además de la declaración anual, muchas empresas deben realizar pagos fraccionados a lo largo del año utilizando el modelo 202. Estos pagos se efectúan:

  • Del 1 al 20 de abril
  • Del 1 al 20 de octubre
  • Del 1 al 20 de diciembre

La base para el cálculo del pago puede ser el resultado del último modelo 200 presentado o un porcentaje sobre los beneficios acumulados del ejercicio actual, según el método elegido.

Consecuencias de presentar fuera de plazo

Presentar el modelo 200 o los pagos fraccionados fuera de plazo puede generar:

  • Recargos por presentación extemporánea sin requerimiento previo (1 % más un 1 % adicional por cada mes completo de retraso).
  • Intereses de demora, si el retraso supera los 12 meses.
  • Sanciones económicas, si se detecta ocultación de información o negligencia.

Cómo calcular correctamente el importe a pagar

Calcular el Impuesto de Sociedades no se reduce a aplicar un porcentaje sobre el beneficio contable. Es necesario llevar a cabo una serie de ajustes fiscales que establece la normativa tributaria para determinar de manera precisa la base imponible.

Ajustes fiscales al resultado contable

El punto de partida es el resultado contable de la empresa, pero este debe corregirse con ajustes extracontables, como:

  • Gastos no deducibles (multas, donativos, ciertas provisiones).
  • Ingresos no computables (subvenciones exentas, ingresos contabilizados pero no imputables fiscalmente).
  • Amortizaciones y provisiones fiscalmente correctas.

Estos ajustes permiten llegar a la base imponible sobre la que se aplica el tipo impositivo correspondiente.

Compensación de bases imponibles negativas

Si en ejercicios anteriores la empresa tuvo pérdidas fiscales (bases negativas), es posible compensarlas con beneficios actuales, lo que reduce la cuota a pagar. En general:

  • Se pueden compensar hasta el 70 % de la base imponible positiva, sin límite temporal.
  • Si la base imponible es inferior a un millón de euros, se puede compensar el 100 %.

Esta medida permite suavizar el impacto fiscal en ejercicios con beneficios tras años de pérdidas.

Bonificaciones y deducciones aplicables

La normativa contempla varias deducciones y bonificaciones fiscales para reducir el importe final del impuesto, como:

  • Deducción por actividades de I+D+i.
  • Bonificación por rentas obtenidas en Ceuta y Melilla.
  • Deducción por creación de empleo o contratación de trabajadores con discapacidad.

Implementar adecuadamente estas ventajas puede resultar en un ahorro significativo, aunque requiere una planificación contable apropiada.

Recomendaciones para evitar errores y sanciones

Un fallo en la presentación o el cálculo del Impuesto de Sociedades puede resultar en sanciones, recargos e incluso auditorías fiscales. Para reducir estos riesgos, es esencial implementar buenas prácticas contables y fiscales a lo largo de todo el ejercicio.

Importancia de la contabilidad bien llevada

Una contabilidad actualizada y ajustada al Plan General Contable es la base para una liquidación fiscal correcta. Algunas recomendaciones clave:

  • Registrar todos los movimientos financieros de forma ordenada.
  • Conciliar periódicamente cuentas bancarias y balances.
  • Documentar correctamente ingresos, gastos y amortizaciones.

Esto no solo evita errores, sino que también facilita la elaboración del modelo 200 y la toma de decisiones estratégicas.

Revisión previa de modelos fiscales

Antes de presentar cualquier modelo, es recomendable realizar una revisión completa, especialmente del modelo 200. Esto permite:

  • Detectar incongruencias o datos faltantes.
  • Corregir errores de cálculo o codificación.
  • Verificar si se aplicaron correctamente las deducciones y compensaciones.

Una revisión previa puede marcar la diferencia entre una declaración correcta o una que conlleve sanciones.

Asesoramiento fiscal especializado

Contar con asesoría fiscal profesional aporta seguridad jurídica y evita errores por desconocimiento de la normativa. Un experto puede ayudarte a:

  • Planificar el cierre contable y fiscal del ejercicio.
  • Optimizar deducciones y bonificaciones.
  • Cumplir con todos los plazos sin sobresaltos.

Este apoyo es especialmente valioso para empresas en crecimiento o con estructuras complejas.

Conocer el momento en que se debe pagar el Impuesto de Sociedades en España es solo una parte del cumplimiento fiscal empresarial. Comprender los modelos que se deben presentar, calcular adecuadamente la base imponible y aprovechar los beneficios fiscales disponibles es fundamental para evitar sanciones y optimizar la carga tributaria de tu empresa.

La planificación y la revisión constante de la contabilidad permiten llegar al cierre del ejercicio con seguridad y control. Ya sea que administres una pyme o una entidad más compleja, tener una estrategia fiscal bien definida es la mejor manera de asegurar el cumplimiento normativo y mantener la salud financiera de tu negocio.

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